Reconstrucción minuciosa del horrendo crímen que en 1960 cometieran Perry White y Dick Hickock en Kansas, que el escritor Truman Capote transformara en el primer ejemplo de ficción periodística. La intención de verosimilitud de Brooks llega casi hasta el morbo, al filmar en la casa verdadera donde ocurrieron los crimenes o la cárcel donde fueron encerrados los críminales. Por momentos, la meticulosidad del relato roza el documental y casi que se vuelve somnífero, pero los poderosos protagónicos de Robert Blake y Scott Wilson, así como la buena mano de Brooks en el timón y una notable banda sonora a cargo de Quincy Jones, terminan por darle el 4. Por Fito.
Puntajes:
Federico:
Fito: 4
Gastón:
Martín :
Rodrigo:
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