Vuelve Kelley a las series que mejor le salen: las de abogados. El creador de Ally McBeal (que nunca soporté) y Boston Public (que me encantaba) apuesta a la historia de una veterana abogada de patentes (una genial, insustituible Kathy Bates) que harta de su rubro, mortalmente aburrido, comienza a hacer todo mal y es despedida. Dos choques (literales) con un joven suicida (Aml Ameen) y un joven abogado (Nathan Corddry) la terminan encausando a abrir su propio bufete en una zona marginal de Cincinatti. Las historias, como es el estilo de Kelley, tienen la nota justa entre humor y reflexión y si bien en ocasiones se pasan de lacrimógenas, aprovecha para discutir asuntos importantes y relevantes para la sociedad toda. Bates está imponente como Harry (por Harriet) y en el elenco secundario destacan Christopher MacDonald y Paul McCrane como un excentríco abogado y un excentrico fiscal respectivamente. De esta primera temporada de 12 episodios, destaco "Heat of Passion" (Capítulo 2) dónde una anciana de 87 años es juzgada por robo a mano armada y "American Dreams" (Capítulo 7) donde Harry defiende a unos inmigrantes ilegales albinos que escapande Tanzania, donde son cazados como bestias. La serie avanza en un sólido 4 por el momento. Por Fito.
Puntajes:
Federico: 4
Fito: 4
Gastón:
Martín:
Rodrigo:
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