Jûsan-nin No Shikaku de Eiichi Kudo (1963)


El sepukku de un magistrado a modo de protesta ante la ascensión del medio hermano del Shogun a un importante cargo político- el medio hermano en cuestión es un bastardo miserable con todas las letras- pone en movimiento una misión secreta que lleva a 13 asesinos a tratar de emboscar y asesinar a dicho medio hermano por el bien de todos. Filmada en precioso blanco y negro, con una dirección notable y una inolvidable fotografía, el director Kudo nos propone una partida de ajedrez entre el Inspector Shinzaemon Shimada (un notable Chiezo Kataoka)- líder de los asesinos- y Hanbei Onigashira (Ryôhei Uchida, probablemente el mejor del elenco) samurai a cargo de la seguridad del medio hermano del Shogun. Shinzaemon cuenta con pocos hombres frente al centenar de Hanbei, por lo cual sólo hay una oportunidad de llevar adelante la misión. No sólo de esto se compone el filme, sino que dentro de los 13 asesinos hay algunas historias que también importan, probablemente la del ronin Kujuro Hiramaya (Kô Nishimura) quien busca la técnica de combate perfecta sea la más importante.
Una película muy tensa, que cuando tiene que ser carnicera no se cuida en lo absoluto. Es un casi 5, pero lo extenso de algunas escenas y situaciones la dejan en un hiper recomendable 4. Por Fito.

Nota: el título internacional es The Thirteen Assassins.

Puntajes:

Federico:

Fito: 4

Gastón:

Martín:

Rodrigo:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores