Lolita de Adrian Lyne (1997)
Esta segunda aproximación a la novela de Vladimir Nabokov tiene grandes momentos, a saber, la poderosa fotografía y la actuación de Jeremy Irons. El problema es que se empeña en incorporar algunos toques de comedia muy torpes y en volver demasiado explícito el vínculo entre Humbert Humbert y Lolita (Hay que decirlo: Dominique Swain está más fuerte que té de ortiga). El tono del filme, que en definitiva es una opción del director y que podría funcionar, tiene cambios demasiado bruscos como para que toda la película conforme una historia solvente. Sólido 2. Por Martín.
Puntajes:
Federico:
Fito:
Gastón:
Martín: 2
Rodrigo:
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