Por una vez, la curiosa distribución local (que opta por estrenar una película de 2009 en setiembre de 2012) favorece al producto. La hora del crimen -curiosísima manera de traducir La doppia ora, literalmente "la hora doble", concepto que tiene su significado dentro del filme- llega de sorpresa y envuelta en el más absoluto desconocimiento, lo que para una película que propone tantos y tan variados cambios en su trama, sólo puede resultar favorable. Es de suponer que si la campaña promocional hubiera sido similar a las de un tanque de Hollywood (y hubiera tenido un tráiler acorde y no el discreto que efectivamente la acompaña) se perdería gran parte de la sorpresa que depara verla. De hecho, la frase que promociona su estreno local (“Terror y suspenso. Nada es lo que parece”) ya cae en el consabido lugar común de adelantarse a los hechos y pretender generar estados de ánimo que quizá no sean los que pretende la propia película.
La hora del crimen 4cuenta la historia de Sonia (la rusa Ksenia Rappoport, convincente), una mucama de hotel llegada hace alrededor de un mes a Turín quien conoce en un servicio de citas a Guido (estupendo Filippo Timi), silencioso y de aparente oscuro pasado. Allí se prefigura un drama romántico entre ambos, enmarcado, sin embargo, en un tono tenso -no sólo el que se da entre los personajes protagonistas, es tenso todo: la relación de Sonia con sus compañeros en el hotel que trabaja, con los clientes del hotel, el propio servicio de citas- que prepara apenas al espectador para lo que vendrá después.
Sin ánimo de contar nada, el género de la película comienza a cambiar una y otra vez. Del drama romántico nos pasamos al policial negro, para luego visitar el thriller de ribetes sobrenaturales y así sucesivamente. Como si se tratara de una muñeca Matryoshka, la película avanza mostrando los distintos encares que posee, un cuerpo detrás del otro, al punto de alcanzar casi lo inverosímil (cuando la cosa se codea amigablemente con fantasmas y asesinos en serie).
Pero es entonces que el director Capotondi- o al menos los guionistas Alessandro Fabbri, Ludovica Rampoldi y Stefano Sardo- cierran con un nuevo giro que rescata el asunto del desastre y recupera el tono digno de un drama policial serio que proponía en un principio, cerrando la historia decentemente.
La última capa de la cebolla resulta entonces, comestible. 3. Por Fito.
Puntajes:
Federico:
Fito: 3
Gastón:
Martín:
Rodrigo:
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