Puntapié inicial de un enorme documental de más de 7 horas divididos en tres partes a las que intentaré hacerle justicia. En 1993 tres niños de alrededor de 8 años de edad fueron encontrados asesinados, mutilados y con síntomas de abuso sexual, allá en West Memphis, Arkansas. Los días se suceden y no hay culpables ni sospechosos, hasta que la presión sobre la policía hace que se acusen a tres jóvenes de unos 17 años de edad, Jessie Misskelley, Damien Echols y Jason Baldwin de estos atroces homicidios. Echols y Baldwin asociados con un "culto satánico" predominantemente por utilizar ropa negra, vestirse raro y escuchar a Metallica. Misskelley por su parte, con un leve retraso intelectual, y que luego de 12 horas de interrogatorio termina por admitir culpabilidad. Llegado el inicio del juicio, los tres declaran su inocencia, en medio de expresiones violentas y racistas en su contra, y con toda una ciudad queriendo verlos muertos. El resultado, a pesar de una cantidad importante de incongruencias, de situaciones coercitivas y de declaraciones que no cerraban fue el siguiente: Baldwin, encontrado culpable de asesinato y condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, Jessie Misskelley encontrado culpable de asesinato en primer grado, y condenado a cadena perpetua más dos condenas de 20 años cada una, para totalizar una cadena perpetua más 40 años sin posibilidad de libertad condicional. Damien Echols, principal implicado, encontrado culpable de los asesinatos, de los abusos, tortura y vejaciones, por lo que fue sentenciado a morir por inyección letal. Sólido 4. Por Rodrigo.
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Rodrigo: 4
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