The Way de Emilio Estevez (2010)

La premisa de The Way es sencilla: un padre (Martin Sheen) distanciado de su hijo (Emilio Estévez, hijo en la vida real de Sheen y director de la película) recibe la terrible noticia de que este ha fallecido en un accidente ni bien comenzaba a recorrer el camino de Santiago. Al viajar a recoger sus restos, decide intempestivamente ocupar el lugar de su hijo, completar por él los 800 kilómetros que lo separan de su destino y los numerosos sellos que certifican en un pasaporte específico que el recorrido se ha realizado.
La premisa amenaza con dramón y se nota desde el inicio, pero se salva de caer en eso (y de hecho, logra en un principio ser verdaderamente emotiva) gracias a la actuación de un Sheen muy convencido en su rol y quien parece recordar que es un actor de fuste (condenado hace muchos años a mínimos papeles de reparto, luego de haber protagonizado uno de los más grandes filmes de toda la historia como es Apocalipsis Now). Sheen no está solo en esto, ya que la pequeña tribu que se conforma a su alrededor (Deborah Kara Unger, James Nesbitt y especialmente Yorick van Wageningen) aporta sus momentos, le da variedad a la historia y a la interacción con el protagonista.
Pero de lo que no logra escapar The Way es de la postal turística increíblemente edulcorada. No sólo cae en la fotografía pausada y minuciosa de los hermosos paisajes que acompañan el camino (con canciones a tono de James Taylor, Coldplay, Alanis Morissette, etc, y la estética de un videoclip meloso) sino que da una imagen de España con toreros y gitanos que bailan Flamenco (esa imagen de campaña turística que hace que los propios españoles sufran retorcijones) y para colmo de males termina por caer en los peores clichés de iluminación religiosa, personal o psicológica, de la barata, de la que plantea que un personaje cambia su manera de ver la vida así porqué sí, caminando de un punto del continente a otro, tomando vino y mirando lindos paisajes.
Quedan por el mismo camino las ganas de haber visto una buena película y las buenas intenciones que debe haber tenido Estévez de hacerla. Porque, como bien dicen, de buenas intenciones está empedrado el camino al infierno. Apenas 2. Por Fito.

Puntajes:

Federico:

Fito: 2

Gastón:

Martín:

Rodrigo:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores