Oz The Great And Powerful de Sam Raimi (2013)

No cabe duda que Sam Raimi es un cineasta de alto nivel. Con tropiezos como cualquiera que lleve haciendo cine tanto tiempo (Spiderman 3 sin ir más lejos) pero con muchísimos aciertos (la saga Evil Dead, Darkman, A Simple Plan, etc.) es uno de esos directores cuyo trabajo siempre interesa. Y para esta ocasión en particular, algo tan delicado como una precuela a uno de los mayores filmes de todos los tiempos, y no se equivoquen: The Wizard of Oz (Victor Fleming, 1939) se sigue sosteniendo a pesar de sus casi 75 años de antigüedad- parecía al menos más que calificado para afrontar el desafío. ¿Qué podía hacer Raimi para salir airoso de la propuesta? Muchas cosas. Lamentablemente, no hizo ninguna de ellas.

Veamos: Tener un buen guión, una aventura entretenida, con personajes interesantes. No, no lo tiene. El guión de Mitchell Kapner y David Lindsay-Abaire es de una chatura monumental. Se limita a replicar por encima el argumento de la película original -en este caso es el futuro Mago de Oz el que viaja a enfrentar a una bruja y por el camino se le suman acompañantes- pero por encima de todo es sorprendentemente lineal y básico. No se explota en ningún momento la supuesta dualidad del protagonista (un estafador que se hace pasar por mago) ni ninguno de sus compañeros (un mono volador, una muñeca de porcelana) tiene peso suficiente en la trama (de hecho, desaparecen por largos períodos sin explicación alguna o sin que eso importe). Se podría afirmar que se trata de una película para niños y de allí proviene este guión "sencillo" pero esto no se condice con lo absolutamente aburrido que es. No hay tensión en ningún momento ni entretiene jamás. The Wizard of Oz también era para niños y nadie puede negar que es por demás divertida de ver. 

Aprovechar los adelantos técnicos y deslumbrar en lo visual. Para nada. El mundo de Oz de Raimi es completamente artificial, una animación por computadora colorinche que no alcanza a transmitir nada en ningún momento. Es imposible sentir que los personajes se encuentran o habitan un universo creíble, ya que todo parece vacío, inmaterial. La interacción de los actores con la pantalla verde es, además, horrible. Se nota todo el tiempo que miran nada y por momentos (cuando el Mago levanta a la muñeca, por ejemplo) notoriamente torpe.

Un elenco convincente que lleve adelante la historia. Acá es probablemente uno de los mayores problemas. Nadie en el elenco se acordó de que estaba filmando una película. Por lejos, el peor es James Franco (un actor versátil en general) aquí pálido, inexpresivo, desganado. No se siente en ningún momento que crea ser el Mago de Oz y se limita a pasar de escena en escena. No lo ayuda en nada el elenco femenino tampoco. Michelle Williams anda por ahí, con cara de nada, Rachel Weisz está completamente desperdiciada y lo que hace Mila Kunis es simplemente vergonzoso, vergonzoso. Margaret Hamilton debe estar dando vueltas en su tumba.
Sam Raimi afrontó la precuela de una de las mejores aventuras musicales de la historia del cine. Y en cambio logró su peor filme de toda su carrera y, probablemente, una de las peores películas del año. Una lástima. 1. Por Fito.

Puntajes:

Federico:

Fito: 1

Gastón:

Martín:

Rodrigo:

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