Side Effects de Steven Soderbergh (2013)

Efectos Colaterales se presume es la última película del director Steven Soderbergh, al menos para cine (guarda todavía en la manga una película sobre Liberace para televisión). Soderbergh, quien saltara a la fama en el ya lejano año 1989 con Sexo, mentiras y video, se consagró pronto como un autor dentro de la maquinaria hollywoodense, alguien con la capacidad de mantener una fuerte impronta personal al mismo tiempo que desarrollaba una exitosa carrera comercial. De esta manera es que sus filmes más personales- por llamarlos de alguna manera- como son Out of Sight, The Limey, el díptico sobre el Che Guevara, la más reciente The Girlfriend Experience se intercalan con películas con alcance más amplio con son la oscarizada Erin Brockovich, la saga de Ocean´s Eleven o Haywire. Soderbergh ha declarado en recientes entrevistas que no cree que pueda ya filmar como antes y que la industria lo condena a expresarse cada vez menos lo que lo ha llevado a un agotamiento y de allí su retiro. Efectos colaterales no hace más que darle la razón por completo.
La historia comienza bien y desde una perspectiva novedosa. Emily (Rooney Mara) es una mujer que está por recibir de nuevo en casa a su marido Martin (Channing Tatum) luego de que pasase un tiempo en prisión por tráfico de influencias. La presión y el stress comienzan a hundirla en un pozo depresivo, lo que la lleva a una suerte de intento de suicidio y a terminar en el consultorio del doctor Jon Banks (Jude Law), quien comenzará a tratarla con una gama de psicofármacos con distintos resultados. Los efectos colaterales del título son los que llevarán a Emily- en un momento que no es dueña de sí misma- a cometer un crimen.
Con esta premisa servida y un cuidado desarrollo de los personajes- donde ninguno es blanco o negro, Martin es un esposo amoroso pero continúa vinculado en negocios con los mismos personajes que lo terminaron por llevar a la cárcel, el Dr. Banks parece ser un atento profesional pero no tiene problemas en prestarse a validar medicamentos para empresas farmacéuticas por grandes sumas de dinero- Soderbergh presenta e introduce un drama con un análisis de la ética profesional de los médicos y una critica sobre la inserción invasiva de los psicofármacos en la sociedad moderna y la responsabilidad tanto de psiquiatras como de las empresas en lo que ocasionan. Todo esto además, narrado con soltura- con la tradicional elegancia con la que filma el director, aunque con cierta distancia de sus personajes, casi como con mirada de documental- y eficiencia.
El problema llega cuando la película se acuerda que es una de Hollywood y que hay que traer a colación los giros inesperados, las vueltas de tuerca, los absurdos flashbacks que resignifican todo lo que hemos visto. Y así entra de sopetón un thriller de conspiraciones tramposo, inverosímil, barato, donde cuando se explica todo no se sostiene por ningún lado y donde aquellos personajes tan bien delimitados (apoyados además en buenas actuaciones en la mayoría de los casos, como son Mara y Law) ya no tienen el menor sentido para lo que se está contando. Y por encima de todo, nos olvidamos de cualquier crítica a un sistema tan enfermo que sobremedica a la primera de cambio y nos centramos en la acción individual de un criminal puntual, de una estafa puntual, de un caso puntual, lo que en cierta medida disculpa al aparato todo por las posibles fallas que se ocasionan.
Pareciera que las dos carreras de Soderbergh, la artística y la comercial, se vincularan a la fuerza en Efectos Colaterales en pleno perjuicio de la primera. Capaz entonces, ante el que es sin dudas uno de sus peores filmes, el retiro a Soderbergh le llegó un poco tarde. 1. Por Fito.

Puntajes:

Federico:

Fito: 1

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Martín:

Mauro:

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