All Things To All Men de George Isaac (2013)

Muchas cosas malas en este policial. Tenemos al buen ladrón, Riley (Toby Stephens); tenemos al capomafia Jospeh Corso (Gabriel Byrne), tenemos a los policías corruptos, Parker (Rufus Sewell) y Sands (Terence Maynard), y tenemos al novato honesto, Dixon (Leo Gregory). Cuando un policial no logra alejarse de los tópicos, lo que suele pasar es que arrastra consigo a sus intérpretes. De modo que el muy buen reparto de esta película se ve reducido a encarnar personajes sin profundidad que se mueven, hablan, pelean, se disparan de frente o por la espalda sin que uno logre creerse nada de lo que pasa. Para empezar, no hay forma de creer que Riley puede ser tan impertérrito como para esperar una llamada telefónica sentado en la penumbra, mirando a la nada. ¿Por qué? ¿No puede estar mirando un partido de fútbol o haciéndose unas hamburguesas? ¿Lo volvería eso menos temible o respetable? Parece que sí, de modo que ahí dejan a Riley, sentado a lo oscuro, con cara de nada y el jopo petrificado, pensando: "Soy glacial, soy el hombre más recio de la manzana". Es casi una parodia involuntaria de esos personajes que nos hemos cansado de ver: el más duro, el más frío, el más profesional, el más, el más, el más. El límite se ha corrido tanto, a lo largo de una historia de películas empeñadas en exagerar tanto las características de sus personajes, que hemos llegado a este punto inverosímil. Y luego, el policía corrupto. Ay, ay, ay, con el policía corrupto. Un policía que hace parece al Denzel Washington de "Día de entrenamiento" como un tipo confiable. El resultado es un (muy apenas) 2. Por Leo.

Puntajes:

Federico:

Fito:

Gastón:

Leo: 2

Martín:

Rodrigo:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores