Closed Circuit de John Crowley (2013)

120 personas mueren cuando una bomba explota en un mercado de Londres. Arrestan a un turco, supuesto líder de la célula terrorista responsable del atentado. Así comienza este thriller con ribetes legales y políticos. El turco tiene dos abogados defensores asignados: uno para el juicio público y otro para el juicio especial. ¿Qué es el juicio especial? Bueno, es un proceso que se lleva a cabo a puertas cerradas, dado que las pruebas que allí se manejan podrían poner en riesgo la "seguridad nacional" de hacerse públicas. ¿De qué va esta película? Básicamente, de lo mismo que un montón de películas post-11 de setiembre, de la forma en que con la excusa de mantener la sacrosanta seguridad nacional. Y ya se sabe lo que pasa cuando los encargados de velar por la seguridad de todos se toman demasiado a pecho la tarea. La película se dedica a criticar sin ambages un sistema judicial y político militarizado y corrupto, con policías por todos lados, cámaras apuntando a todas las ventanas, zumbidos en todos los teléfonos, lo de siempre. Todo esto está muy bien. Lo que no está tan bien es la forma en la que la película convierte estas inquietudes en una historia que adolece de incoherencia interna, una enfermedad incurable. Esa incoherencia surge del dilema de la película, que intenta ser dos cosas muy diferentes a la vez: 1) un thriller trepidante de final incierto, 2) un reflejo verosímil de la forma en que un gobierno poderoso cubre sus chanchullos. Para que sea lo primero, además de las escenas de acción, persecuciones y tiros, tiene que existir la posibilidad de que los buenos/débiles caguen al poderoso. Pero eso es imposible, esa es la desencantada verdad que rompe toda suspensión de la incredulidad. Pensar que dos abogados muy éticos van a dejar en off-side a la Corona, el Departamento de Estado, el MI5 y el MI6, podría funcionar en otro tipo de película, más ligera, menos moral. Así que la parte de thriller fracasa y fracasa feo. ¿Por qué? Porque el desencantado final era el único final posible y se veía venir desde muy lejos. Entonces, cuando el poderoso al final hace lo que siempre pudo hacer (¿por qué no lo hizo antes? ¿por qué?), uno acaba por decir "estaba visto" y reconocer que todas las correrías previas sólo eran un modo artificial de meterle tensión a un asunto laudado. Electrochoques, digamos. Un 2. Por Leo.

Puntajes:

Federico:

Fito:

Gastón:

Leo: 2

Martín:

Rodrigo:

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