Filth de Jon S. Baird (2013)

Alcohólico, drogadicto, ególatra, autodestructivo y un hijo de puta con todas las letras, ese es Bruce Robertson (James McAvoy), sargento de policía al que se le encarga que lidere la investigación de la muerte de un estudiante japonés (asesinado a patadas por skinheads en un callejón). Pero esto no es un policial. La película quiere que acompañemos a "Robbo" mientras intenta conseguir el tan anhelado ascenso a detective mediante la artimaña de enfrentar unos a otros a todos sus ingenuos competidores. Esto no lo distrae de lo que es verdaderamente importante: la cocaína y el sexo. Pero tenemos que comprender a "Robbo". Tras la absoluta decadencia de su exterior oculta un interior sufriente. Extraña a su esposa y a su hija y... no importa... y no importa porque la película es muy mala, y aunque McAvoy tiene lo que hace falta para bancarse el personaje, lo que no tiene es de dónde agarrarse en una estructura frágil y sin sentido. Una pérdida de tiempo no puede ser otra cosa que un 1. Por Leo.

Puntajes:

Federico:

Fito:

Gastón:

Leo: 1

Martín:

Rodrigo:

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Seguidores