Lone Survivor de Peter Berg (2013)

Desde que el cine es cine, existe el cine de propaganda. Especialmente utilizado durante la Segunda Guerra Mundial (por ambos frentes, basta recordar el cine de propaganda nazi de Leni Riefenstahl) numerosas películas han acompañado todos los conflictos bélicos protagonizados por el hombre durante el siglo XX y lo que va del XXI. El séptimo arte ha servido de herramienta para justificar las intervenciones militares de las grandes potencias por todo el mundo, así mismo han "vendido" la idea de que su intervención es justa y no menos importante, han motivado a generaciones y generaciones de espectadores a considerar la idea de enrolarse. El largo conflicto bélico en Afganistán no ha sido la excepción.

Si alguna virtud puede encontrársele a "El sobreviviente" es su honestidad. En ningún momento disfraza o siquiera disimula su condición de vehículo propagandístico de las fuerzas armadas estadounidenses y en especial de los cuerpos de elite Navy SEALS. Ya desde sus primeras imágenes durante los créditos, que muestran en formato documental el exigente (casi que tortuoso) entrenamiento para convertirse en uno de estos soldados de elite, las intenciones están claras: jóvenes de Estados Unidos, enrólense. De estas escenas se nos presenta el escenario en cuestión: hay un tan malvado como anónimo líder talibán en una zona montañosa de Afganistán y en misión de capturar y eliminar parte un comando de cuatro hombres. Los árabes son presentados como malísimos- en una escena donde decapitan a un sospechoso de colaborar con los estadounidenses- y los soldados son presentados como buenísimos- todos hombres de familia, decentes, con un inquebrantable compañerismo entre sí, etc. No existen matices. Cuando aparezca algún árabe "bueno" será sólo por su asociación a los EEUU. Los soldados no dudan ni por un segundo que su instalación en otro país mediante la fuerza es justa y no existe (como me temo que no debe existir en el estadounidense promedio) ni el más mínimo cuestionamiento sobre qué están haciendo ahí o que en definitiva la misión de los "buenos" sea ir y asesinar a un hombre.

A partir de presentación tan maniquea, poco se puede esperar. Allá va el comando en cuestión, se topan con civiles que descubren su operación, luego de una breve discusión optan por no asesinar a los civiles (recuérdese que son los "buenos") y los liberan, y estos civiles no tardan en avisar a los talibanes y se desata la cacería. Por muy bien filmada que esté- y lo está- es una cacería que deja indiferente ya que no se han desarrollado en lo absoluto ni perseguidos ni perseguidores y el espectador no puede sino ser indiferente a lo que transcurre.

La responsabilidad de lo anterior se debe casi que por completo a Peter Berg, director y uno de los guionistas de "El sobreviviente", un alumno aventajado de la escuela de edición sincopada de Michael Bay que ha hecho carrera firme y fiel en esto del cine de propaganda a favor del ejército de los EEUU (como es el caso de la inmirable "The Kingdom", 2007, o la más entretenida aunque igual de mala "Battleship", 2012). Berg no aporta nada de su parte y entrega un producto completamente genérico. El elenco, si bien integrado por actores interesantes (Mark Wahlberg, Ben Foster, Taylor Kitsch, Emile Hirsch, Eric Bana) no tiene mucho que hacer con sus personajes arquetípicos y unidimensionales. No es por allí dónde el espectador podría encontrar consuelo.

¿Que queda? Pues que sea entretenida. No necesariamente los filmes de propaganda son malos per se. Hay muchos ejemplos de películas ideológicamente complicadas y así mismo divertidas, efectivas (basta con mirar la filmografía de ídolos de Hollywood como John Wayne, Clint Eastwood o Chuck Norris para encontrar varias). Pero "El Sobreviviente", que así es su título, en singular, opta por mostrarnos desde su primera escena que es Wahlberg quien sobrevive, eliminando de un plumazo cualquier duda de qué pasara y eligiendo conscientemente no desarrollar dramáticamente ningún elemento de su argumento. Escoge recrear unos tiroteos sangrientos entre héroes de cartón y villanos sin rostro. Elige decir: los estadounidense son buenos, los árabes malos y ya esta. No le hace falta decir más nada. Ni le hace falta entretener tampoco. Sólo enervar el espíritu patriótico de algún ingenuo para que se aliste y pase a formar filas del bando que corresponde. 1. Por Fito.

Puntajes:

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