Yi Dai Zong Shi de Wong Kar Wai (2013)

La pregunta es inmediata. ¿El director de "Con ánimo de amar" o "My Blueberry Nights" dirigiendo un "wuxia" (o sea, cine de artes marciales)? La primera escena parece así probarlo. El señor IP, o Ip Man depende de la traducción, explica sucintamente que es el Kung Fu para luego salir a la calle y bajo una tenaz lluvia enfrentar a no menos de veinte enemigos que volarán por los aires gracias a golpes cuasi sobrenaturales. Pero el director chino nos engaña. No es su intención contar una película de acción sino que por el contrario, esta es la historia de un amor condenado.

Ip Man fue el mayor difusor del arte marcial llamado Wing Chun. Nacido en 1893 en el seno de una familia pudiente en el sur de China, comenzó la práctica de las artes marciales a los 7 años. Fue considerado el mayor maestro de esta disciplina sobre la década del 30. Fue víctima, como todos los chinos, de la ocupación japonesa durante la Segunda Guerra Mundial y la posterior crisis económica y su guerra civil, más la aparición del Partido Comunista. Se trasladó a Hong Kong en 1949 dónde comenzó a enseñar Wing Chun. Murió en 1972, no sin antes haber contado entre sus ilustres discípulos al legendario Bruce Lee.

La vida de este maestro de las artes marciales ha sido contada varias veces con anterioridad. En los 10 años que le llevó a Wong Kar Wai la meticulosa elaboración de el filme que nos ocupa, se estrenaron las que probablemente sean las más reconocidas: "Ip Man" e "Ip Man 2" (ambas con Donnie Yen en la piel del protagonista, 2008 y 2010) mucho más centradas en las peleas y la acción, pero que históricamente cuentan lo mismo. Por tanto, parece entonces que el camino elegido en esta ocasión es conscientemente distinto. La historia comienza en el mismo punto que las otras: una reunión entre los maestros del norte y del sur de China, organizada por el maestro Gong Yutian. Este logró aunar ambos mundos y sus respectivas escuelas y ahora ante su retiro, busca sucesores en los dos puntos cardinales. El candidato del sur es Ip Man. Este conoce a Gong Er, la hija del maestro que se retira y de inmediato se ve atraído por ella.

Sacando la secuencia inicial, de esa pelea orquestada con entusiasmo bajo la lluvia, ya desde el arranque quedan claras las intenciones de Wong Kar Wai. Una historia mínima e intimista, de ritmo pausado, centrada en ese amor imposible que los protagonistas no podrán consumar por matrimonios previos, la guerra, la crisis, promesas de venganza. Una historia impulsada por una voz en off que brinda algunos datos y en ocasiones sobreexplica, acompañada por una hermosa banda sonora, enmarcada en una inolvidable paleta de colores y una excelsa fotografía. Las actuaciones de la pareja protagónica no se quedan atrás. Tanto Tony Leung (quien se sometió a un riguroso entrenamiento de Wing Chun 4 horas por día para dar con el papel) como Ziyi Zhang convencen con margen en sus actuaciones, tanto en la parte dramática como en la parte física y de peleas. Peleas que pronto nos queda claro que son completamente secundarias. Que ocupan en la película un rol
absolutamente decorativo, casi que amparadas en la belleza de las mismas poses, tomas y elegancia de las artes marciales.

¿Qué queda como saldo de todo esto? Dependerá mucho del ojo de quien lo mire. Para los fans del director chino, con algo de buena voluntad sea otra muestra de su cine personalísimo y los convenza, quizá no a la altura de sus mejores trabajos, pero resulte cumplidor por mantenerse dentro de su habitual clima y tono. Para quien esperara- porque al fin y al cabo, leyeron la promoción de que es la historia del maestro de Bruce Lee- piñas y patadas a granel, probablemente sea una profunda decepción. Resulte una historia escasa en su desarrollo con pretensiones de trascendencia. Porque en definitiva lo primero que busca "El arte de la guerra" es ser una experiencia estética.

¿Pretenciosa o artística? La respuesta queda en el espectador. 2. Por Fito.

Nota: El título internacional es The Grandmaster.

Puntajes:

Federico:

Fito: 2

Gastón:

Leo:

Martín:

Rodrigo:

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