Remake del filme homónimo de 1955 (dirigido por William Wyler) y la única patinada en la breve carrera de Cimino. El ex convicto Mickey Rourke y sus secuaces (entre los que anda David Morse,
de lo mejorcito del filme) secuestran en su casa a una familia de
ricachones como parte de un descabellado plan de fuga. El pretendido duelo actoral entre Rourke y Anthony Hopkins
(el dueño de casa) no es tal ya que casi ni se cruzan y, cuando lo
hacen, se entregan -especialmente Hopkins- a una sobreactuación
delirante. Un 2. Por Martín.
Puntajes:
Federico:
Fito:
Gastón:
Martín: 2
Rodrigo:
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