Glenn Ford (y que en esta le doy la razón a Martín, va duro como una tabla) interpreta a un sargento de homicidios que investiga el supuesto suicidio de un colega y como a las claras va a destapar una olla de mierda, la corrupción policial y el poder imperante le cae arriba con todo. A pesar de algunas simplezas del argumento, ingenuidades propias de la época y alguna actuación de cartón, Lang propone un entretenido film con sorpresivos brotes de violencia y con dos buenos secundarios: Lee Marvin y Gloria Grahame (que está fuerte como un pino). Paga un 3. Por Fito.
Puntajes:
Federico:
Fito: 3
Gastón:
Martín:
Rodrigo:
No hay comentarios:
Publicar un comentario