Short Term 12 de Destin Cretton (2013)

Huérfanos, niños y niñas abusados, delincuentes juveniles en potencia, adolescentes con tendencias violentas, y otras clases de menores problemáticos, llegan al centro de internación Short Term 12 para pasar una temporada de (lo que se supone que debería ser) rehabilitación. Allí tendrán una aséptica habitación para cada uno (tenés que dejar la puerta siempre entreabierta, gracias), requisas periódicas para buscar objetos corto-punzantes y sustancias no permitidas, y un ambiente de contención generado, no tanto por los profesionales (psicólogos, asistentes sociales y demás) como por los trabajadores "de primera línea", es decir, los cuidadores sin más preparación en el campo que su propia experiencia. De eso va esta película, de la relación entre los niños y jóvenes internados con sus cuidadores, veinteañeros de buen corazón que realizan un trabajo casi voluntario (o, al menos, sub-remunerado) por motivos muy  variados, desde la vocación, la compasión, el deseo de justicia / revancha, hasta la curiosidad. Es de esperar que en un ambiente así no falten los conflictos, y esta película tiene suficientes. Por un lado, Marcus (negro con evidente talento para el rap y un look muy a lo Spike Lee cuando se pone sus gafas de pasta) está por cumplir 18 años y deberá dejar el centro, quizá el único lugar al que puede llamar "casa".  Por otro, Jayden, quinceañera con tendencia a la automutilación y las explosiones de ira, llega con un historial problemático en otras instituciones parecidas. Los cuidadores no se la llevan de arriba: la historia personal de Grace no parece haber sido un camino de rosas, ni tampoco la de su colega (y pareja) Mason, uno de esos tipos "más buenos que el pan". El mensaje subyacente de la película es este: si las personas no se involucran, la ayuda que puedan prestarse unas a otras no significa nada; es necesaria, obviamente, un tipo de "ayuda mecánica" (llamémosla: ropa, comida, techo, higiene; necesidades básicas), pero no es, ni de lejos, suficiente. Claro que el tipo de ayuda "personal" que hace falta tiene un alto costo (mental, emocional), y no puede ser proporcionada por cualquiera. Gracias a un buen guión al que pueden perdonársele algunos tópicos y giros previsibles, a un estilo de dirección utilitaria, y a actuaciones convincentes de Brie Larson (Grace), John Gallagher Jr. (Mason), y Keith Stanfield (Marcus), la película llega a un sólido 3. Por Leo.

Puntajes:

Federico:

Fito:

Gastón:

Leo: 3

Martín:

Rodrigo:

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