Esta es una de esas películas cuya historia funciona con los mismos
recursos y al mismo nivel que un videoclip. Es una lástima, porque el
reparto daba para mucho más (y acá es donde uno empieza a perderle el
respeto a ciertos actores, todo bien con "ganarse el pan", pero ¿no leen
el guión antes de firmar? ¿De verdad que no? O sea, ¿qué hace Melissa
Leo en esta película? ¿Qué hace Mads Mikkelsen? Y, por favor, ¿qué
carajo hace Vincent D'Onofrio? Ah, y me olvidaba, el narrador es John
Hurt. ¿En serio, John? Así hayas grabado la voz en off mientras alguien
te hacía las uñas, no sé, no sé, eternas dudas). Pues bien, resulta que a
Charlie (Shia LeBeouf) se le muere la madre -la desconectan porque
parece que hacía un rato que estaba vegetal- y ésta se le aparece en
forma espectral para, entre otras cosas, darle un consejo: que se vaya a
Bucarest, la capital rumana. Porque sí. Porque pintaba arrancar a
Bucarest. Charlie, que no tiene nada mejor que hacer, mete el duelo en
la mochila y se sube a un avión. Allí le toca un compañero de asiento
muy conversador, Victor Ibanescu, que se muere a mitad del vuelo. Como
Charlie parece que ya le tomó gusto a charlar con los muertos, Víctor
vuelve fugazmente del más allá y le pide que le lleve a su hija un
gorrito que le compró en Chicago. Listo. La hija es Gabi (Evan Rachel
Wood). Conexión inmediata con Charlie. Claro que chica linda =
problemas. Parece que a la buena de Gabi no se le ocurrió nada mejor que
enredarse (y casarse, ya que estaba) con Nigel (Mikkelsen) un asesino
mafioso jodidísimo que está obsesionado con ella y que se tomó demasiado
en serio eso de "hasta que la muerte nos separe". A partir de ahí,
básicamente el papel de Charlie en la historia es el de hacerse pegar.
¿Por qué? Porque la mina está buena y él se enamoró. ¿Por qué se
enamoró? Ah, misterios del amor y el cine. "Charlie, a ver, escuchame,
mirá que te van a pegar un tiro por esta mina, sí, está fuerte, yo sé,
pero te van a pegar un tiro, Charlie, ya te molieron las costillas, te
dieron la cabeza contra una mesa, contra una pared, te arrastraron por
la calle, te metieron el caño de una automática hasta la faringe, han
sido señales muy elocuentes de lo que se viene, Charlie, más vale que
recapacites, muchacho, a tu cráneo no le hace falta ventilación". Pero
bueno, en el mal cine las cosas pasan porque sí, a eso hay que
acostumbrarse. Cuando decimos "qué malo el guión" usualmente el error
del que hablamos es ese, que nadie se toma el tiempo de justificar lo
que pasa, de darle un sustento estructural a la acción (ese sustento es
el que hace que al espectador le importen los personajes). Por eso lo
del videoclip que mencionaba más arriba, porque al faltar ese sustento
lo que queda es una seguidilla vertiginosa con música cool de fondo y
uno lo ve, sí, "se deja ver", como se dice usualmente, pero la verdad es
que uno bien puede dejar el cerebro en otra parte durante el rato que
dura el asunto. Se salvaría del 1 sólo porque los mafiosos tienen un
cierto humor auto-consciente, como cuando Charlie le pregunta a Darko
(Til Schweiger) dónde está Gabi y este le responde algo así: "Sí, claro,
y yo me voy a poner ahora a contarte mis planes, como en una película
de James Bond...". Pero no alcanza. Así que 1 y a otra cosa. Por Leo.
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Leo: 1
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