Una mirada decididamente en contra del mundo Wall Street con todo el cinismo que pueda existir. Hay esmero por mostrar una cara siniestra y tan patética como sea posible de todo el entorno de los corredores de bolsa, de la codicia, los abusos, lo brutalmente degenerado de un mundo perverso, y que si un mínimo porcentaje es real, ¡la gran puta que vamos camino a la ruina con esta gente liderando el mundo financiero!. DiCaprio tiene los minutos contados antes de que le empiecen a llover Oscars, por su contribución siempre confiable a la taquilla, por sus vínculos en la industria y sobre todo por el talento que normalmente lo rodea. Su capacidad como actor, en mi humilde opinión, nunca ha terminado por despuntar y en los últimos años parece haberse estancado, lo cual además de ser tan solo mi opinión, de ninguna manera evitará que esos Oscars empiecen a caer más temprano que tarde. Scorsese tiene un estilo bien definido en cómo contar sus historias sin importar si el centro son mafiosos en los casinos de Las Vegas, o polis corruptos o pandillas durante la guerra de la Secesión o como en este caso los malditos depredadores de Wall Street: tenemos el auge y el dinero entrando a raudales, tenemos los excesos de todo tipo sustentados por el poder, tenemos los enemigos o la ley que eventualmente se avivan de lo que está pasando y el decline de todo el pseudo imperio. Tenemos el mismo estilo de edición de siempre, la narración directa al interlocutor y los golpes de humor un tanto involuntario que más bien se logran por situaciones disparatadas de abusos y excesos. Opa con Jonah Hill, segundo acierto sólido atrás de lo que hizo en Moneyball. Vale la entrada al cine tranquilos a pesar de que las 3 horas se sienten. 4 puntos. Por Rodrigo.
Puntajes:
Federico: 4
Fito: 3
Gastón:
Leo:
Martín:
Rodrigo: 4
Promedio Tripartito: 3.66
Promedio Tripartito: 3.66
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