Sanctuary de Tony Richardson (1961)

En el caluroso sur de EEUU en la década del 20, una niñera negra (y drogadicta para mas inri) es acusada de asesinar al niño que cuida, se declara culpable y es condenada a la horca. Gran sorpresa causa la madre del niño, hija del gobernador además, quien aboga por la condenada frente a su propio padre, haciendo una pormenorizada confesión de su vida en los últimos años, culpándose a sí misma de la muerte de su hijo. Lee Remick compone de manera brillante a Temple Drake, la protagonista de esta historia, quien abandonada a su suerte luego de una fiesta, cae en las garras de Candy (el gran Yves Montand en un personaje sencillamente siniestro) un contrabandista que será el responsable de su decadencia (obligada primero, gustosa después) y de sus actos por demás egoistas que se desarrollarán durante años, envenenando todas las vidas de aquellos que están a su alrededor. Odette (así, sin apellido) aporta un gran secundario en la piel de Nancy, la niñera negra. El film adapta la obra homónima de William Faulkner, que no leí, por lo que desconozco que tal cómo adaptación. Como film, es impecable y alcanza el 5. Por Fito

Puntajes:

Christian:

Fito: 5

Gastón:

Martín: 4

Rodrigo:

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