Esta miniserie de 6 episodios producida por la BBC adapta la novela homónima de John Le Carré, con el lujo de contar con el propio escritor como adaptador de su obra. George Smiley es un viejo espía, retirado, que debe volver al Circus (servicio secreto inglés) ante la reactivación de alguno de sus viejos contactos que parecen haber dado con la punta de la madeja de un nuevo operativo del mayor jefe de servicios secreto soviético. Smiley irá reconstruyendo el caso pacientemente y con meticulosidad, viajando por ciudades tan grises que los mismos protagonistas: Londres, Hamburgo, Paris, Calais y finalmente la Berlín dividida por el muro. El mundo de los espías de Le Carré es burocrático, gris, de hombres que fácilmente serían confundidos con oficinistas, cargado de aburridas vigilancias, pocos peligros y pequeños detalles poco espectaculares (rayones de tiza amarilla, tachuelas que marcan pistas, sitios de encuentro, etc). Además, se torna muy dificil disernir "malos" de "buenos". El propio Smiley no puede decir a ciencia cierta porqué regresó al servicio activo, despreciado por sus más jóvenes superiores (para los que simboliza un pasado más glorioso del servicio, e incluso de la posición de Inglaterra en la guerra fría, hoy mero espectador al servicio de sus "primos" estadounidenses), reencontrandose con sus viejos operativos (ninguno de los cuales lo recibe bien, sino que en cambio le gritan, le pelean, lo rechazan) en una misión que todos se encargan de tildar de inútil. Lentamente, el viejo espía reactiva sus modos y contactos, viaja incansablemente y termina desenredando una madeja, con sabor final amargo. Son tantos los méritos de esta miniserie que es díficil ennumerarlos todos. La dirección de Simon Langton es impecable. El director logra transmitir perfectamente esa sensación inherente a los libros de Le Carré, donde parece pasar nada, pero todo el tiempo uno está en tensión, avizorando un peligro no del todo claro pero latente. Su pulso narrativo es el de un capitán experto que timonea habilmente una nave de gran catadura. No le falta tripulación: en otro de los rubros técnicos destaca la sensible banda sonora a cargo de Patrick Gowers, que anima e involucra al espectador. El elenco se luce, en su mayoría actores británicos que dan su clásico nivel a la serie (Bernard Hepton, Michael Byrne, Michael Lonsdale, Eileen Atkins en el sólido protagónico femenino, y muy especialmente Mario Adorf quien se roba todas las escenas en su breve aparición de dos capítulos).Pero la estrella del show es Alec Guinness. Su composición de George Smiley es simplemente perfecta, cargada de pequeños detalles, gestos, expresiones minimas (minimos rasgos de humor involuntario, seco en ocasiones, antipatico en su costumbre de contestar una pregunta con otra) llenando la pantalla ante cada aparición. Guinness nació para ser Smiley y el propio escritor Le Carré confiesa que luego de su participación en "Tinker, Tailor, Soldier, Spy" (miniserie anterior a esta) escribió "Smiley´s People" con la apariencia del actor en mente, detallando el personaje aún más parecido. Estamos ante uno de los grandes puntos de las series de la BBC (que suelen estar muy por encima de la media) y con una de las actuaciones cumbre de uno de los más grandes actores del siglo XX. No sé que más podemos pedir. Por Fito.
Puntajes:
Christian:
Fito: 5
Gastón:
Martín:
Rodrigo:
No hay comentarios:
Publicar un comentario