The Unborn de David S. Goyer (2009)

Rara película de fantasmas que arranca con paso redoblado desde la primer escena, y no exagero. Parece haber sido hecha contra reloj, como si la historia se tenía que contar completa en 2 horas y medía pero nada más teníamos 85 minutos de cinta. Todo avanza, la información aparece y se esclarece como cachetada de loco, sin respiro y sin tregua, intercalando torpemente escenas de suspenso muy predecibles, e intentando darle cuerpo a "ese mal innombrable que acecha". Mediando la cinta, la cuestión se entrevera aún más cuando las explicaciones derivan para el lado de una sobreviviente de Auschwitz, que nada tiene que ver con nada, que habla de una tradición hebrea, del año del ñaupa, mezclado con historias de experimentos nazis, hermanos gemelos y quien sabe cuantos disparates más. Para peor de males, la protagonista, Odette Yustman es tan, pero tan poca cosa, que a los 12 minutos de película más o menos, uno ya empieza a pensar que no sería tan mala idea que el "mostro" se la coma de una vez por todas, o que la maldición la alcance y la haga pomada. Lo que me da pena es que anda en la vuelta Gary Oldman que no entiendo mucho como se vio metido en este desorden de campeonato. 1 grande, grande, grande. Por Rodrigo.

Puntajes:

Christian:

Fito:

Gastón:

Martín:

Rodrigo: 1

1 comentario:

  1. Si, totalmente de acuerdo. Parece ser que andaban cortos de tiempo (o de presupuesto) y tenían que volcar toda la información al toque. Es lo que yo llamo el "síndrome Armageddon" puesto que en esa peli, toda la información que el espectador debe saber literalmente la vomitan en los 3 primeros minutos de metraje. El hecho es que en esta peli, ese "recurso" es elevado a su enésima potencia en una sucesión ininterrumpida y vertiginosa de video clips, más apta para un video de speed metal que para la banda sonora de Aerosmith. Pero estoy hablando de otra peli. The Unborn, en cuestión, es un claro ejemplo de por qué en una peli de terror/suspenso, no se puede revelar toda la info en los primeros cinco minutos porque se caga el pastel. Ya sabés todo lo que va pasar o más o menos. Y yo diría que algo fundamental para el género es lograr mantener la tensión a través del miedo a lo desconocido. Si el espectador ya lo conoce de entrada, no hay terror posible. La actuación de la protagonista es bastante anodina, pero tampoco el guión la ayuda demasiado.

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